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Libros gratis de educación

A partir de hoy tenemos una nueva sección en nuestro blog que se llama "Biblioteca educativa", cuya finalidad será ofrecer libros gratis de educación para ayudar a los padres de familia en su labor formativa y de crianza.

Libros gratis de educación

Sabemos que ser padre no es fácil, y que a veces necesitamos la ayuda de algún especialista en la materia para complementar nuestra tarea. Por esa razón es que decidimos incluir libros gratis que permitan orientar de alguna manera a las familias en cuestión de educación.

La lista de libros irá aumentando paulatinamente, les pedimos que si tienen alguna sugerencia o algún problema en la descarga nos lo hagan saber.

Para acceder a la Biblioteca tan sólo tienen que ir a la sección "Biblioteca educativa" en el menú derecho del blog. O bien seguir el siguiente link:

http://b-educativo.blogspot.com/2011/01/biblioteca-educativa.html

Biblioteca educativa

En esta sección encontrarás libros sobre educación, no sólo en el sentido académico, sino también hallarás libros que ayudan a los padres en su labor educativa y formativa. Esperemos que aprovechen esta biblioteca educativa y que sea de su agrado:

biblioteca educativa

Biblioteca educativa




  • Hijos tiranos o débiles dependientes. De Martha Alicia Chávez, libro que habla acerca de la permisividad y la sobreprotección en la crianza infantil.

  • Tu Hijo Tu Espejo. De Martha Alicia Chávez, libro que habla sobre las proyecciones y expectativas de los padres en los hijos

Padres e hijos

El siguiente texto lo encontré navegando en Internet, trata el tema de la educación hacia los hijos. La entrada original se llama "Los padres también somos culpables" y es una reflexión sobre la relación actual entre padres e hijos:

Padres e hijos

“Yo me haría la siguiente pregunta: ¿cómo eduqué, o estoy educando a mis hijos? ¿Qué valores inculco, o inculqué a mis hijos? A los jóvenes de este siglo, hay que llamarlos varias veces en la mañana para llevarlos a la escuela y, digo llevarlos porque no tienen que tomar el camión, o caminar larguísimas distancias para llegar a ella. Se levantan generalmente irritados porque se acuestan muy tarde, viendo televisión por cable, jugando playstation, enviando mensajes por teléfono o chateando por la Internet.

No se ocupan de que su ropa esté limpia y mucho menos en poner un dedo en nada que tenga que ver con arreglar algo en el hogar.

Tienen los juegos y equipos digitales más modernos del mercado, Ipod, blackberry y computadora no pueden faltar, como tampoco el pago por su actualización. Hoy los hijos, muchas veces sin merecerlo, presumen el celular más novedoso, el nextel más costoso, la Lap más equipada. Nada les costó. Si se descomponen para eso estamos, no faltaba más, hay que pagar la reparación a la brevedad y sin chistar.

Idolatran amigos y a falsos personajes de realitys de MTV. ¡Ah! pero viven encontrándole defectos a los padres, a quienes acusan a diario de que sus ideas y métodos están pasados de moda.

Se cierran automáticamente a quien les hable de moral, honor y buenas costumbres y mucho menos de religión. Lo consideran aburrido, ya saben todo y lo que no ¡Lo consultan en internet!

Nos asombramos porque los sicarios cobran cuotas sin trabajar por ellas, cuando a nuestros hijos los acostumbramos a darles todo incluso su cuota semanal o mensual sin que verdaderamente trabajen por ella, y todavía se quejan a porque eso no les alcanza.

Si son estudiantes siempre inventan trabajos de equipo o paseos de campo, en donde lo menos que uno sospecha es que regresarán con un embarazo, habiendo probado éxtasis, coca, marihuana o cuando mínimo alcoholizados.

Y cuando les exiges lo más mínimo en el hogar o en la escuela, lejos de ser agradecidos te contestan con desfachatez: "yo no pedí nacer, es tu obligación mantenerme" o "quien les manda andar de calientes".

Definitivamente estamos jodidos, pues la tasa de que hagan su vida independiente se aleja cada vez más, pues aún graduados y con trabajo hay que seguirlos manteniendo, pagándoles deudas, servicios y hasta los partos de sus hijos.

Con lo anterior, me refiero a un estudio que indica que este problema es mayor en chicos de la sociedad de clase media o media alta (o de capas medias urbanas) que bien pudieran estar entre los 14 y los 28 años. Sí es correcto, 28 años o más ¿lo pueden creer? y que para aquellos padres que tienen de dos a cuatro hijos constituyen un verdadero dolor de cabeza.

¿Entonces en qué estamos fallando?

Yo sé, dirán que los tiempos y las oportunidades son diferentes pues para los nacidos en los años cuarenta y cincuenta el orgullo reiterado era levantarse de madrugada a ordeñar las vacas con el abuelo, que tenían que ayudar a limpiar la casa, no se frustraban por no tener vehículo y andaban a pie a donde fuera, siempre lustraban sus zapatos, los estudiantes no se avergonzaban de no tener trabajos gerenciales o ejecutivos y aceptaban trabajos como limpiabotas y repartidores de diarios.

Lo que le pasó a nuestras generaciones es que elaboramos una famosa frase que no dio resultado y mandó todo al diablo:

¡Yo no quiero que mis hijos pasen los trabajos y carencias que yo pasé!

Nuestros hijos no conocen la verdadera escasez, el hambre. Se criaron en la cultura del desperdicio: agua, comida, luz, ropa, dinero.

Muchos de nuestros hijos a los 10 años ya habían ido a Disneyworld mínimo dos veces, cuando nosotros a los 20 si bien nos iba conocíamos la Ciudad de México con su hoy vetusto y atiborrado Metro.

El dame y el cómprame siempre fue generosamente complacido convirtiendo a nuestros hijos en habitantes de una pensión con sirviente(a) y todo incluido, que después intentamos que funcionara como hogar.

Es alarmante el índice de divorcios que se está generando, van a la conquista de su pareja y vuelven al hogar sólo unos meses más tarde, divorciados porque la cosa no funcionó; ninguno de los dos quiere servir al otro en su nueva vida. Como nunca batallaron en la pensión con sirviente incluido en la que se les convirtió el hogar paterno, a las primeras carencias en el propio avientan el paquete y regresan a la casa para que la mamá y el papá continúen resolviéndoles la vida.

Este mensaje es para los que tienen hijos y que pueden todavía moldearlos, edúquenlos con principios y responsabilidades, fórmenles el hábito de ser agradecidos.

Háganles el hábito de saber ganarse el dinero con honestidad, la comida, la ropa, el costo de la estancia en la casa en la cual no aportan para el pago de servicios.

Háganles saber lo que cuesta cada plato de comida, cada recibo de luz, agua, renta.

Háganles sentir en su casa, cómo se comportarían ustedes en casa ajena cuando van de visita. Por ese domingo o cuota semanal o mensual, edúquenlos en la cultura de la correspondencia y el agradecimiento.

Que los sábados o domingos laven el carro, ayuden a limpiar la casa; NO SU CUARTO, esa debe ser obligación de siempre sin pago de por medio. Háganles la costumbre de limpiar sus zapatos, de que paguen simbólicamente por todo lo que gratuitamente reciben, implántenles la ideología de ameritar una especie de beca escolar que ustedes pagan y por la que ellos no dan ni un centavo, eso puede generar una relación en sus mentes trabajo=bienestar.

Que entiendan que asistir a la escuela es un compromiso con la vida, que no es ningún mérito asistir a ella. De la responsabilidad con que cumplan ese compromiso, dependerá su calidad de vida futura.

Todos los niños deben desde temprano aprender a lavar, planchar y cocinar, para que entiendan la economía doméstica en tiempos que podrían ser más difíciles.

Cuida lo que ven y ves con ellos en la televisión y evita caer en el vicio social llamado telenovelas, los videojuegos violentos, la moda excesiva y toda la electrónica de la comunicación, que han creado un marco de referencia muy diferente al que nos tocó. Cuando ocupes corregirlos aconséjalos, platica con ellos, no los ofendas, no los reprendas en público. Si lo haces, nunca lo olvidarán. Nunca te lo perdonarán.

Estamos comprometidos a revisar los resultados, si fuimos muy permisivos o sencillamente hemos trabajado tanto que el cuidado de nuestros hijos queda en manos de las empleadas domésticas y en un medio ambiente cada vez más deformante.

Ojalá que este mensaje llegue a los que tienen la oportunidad de cambiar o hacer algo al respecto. Ya los abuelos pagaron. Nosotros estamos pagando con sangre la transición.

Hijos tiranos

Platicaba hace poco con un policía acerca de los hijos y la escuela, y me llamó la atención un comentario acerca de las exigencias en los centros escolares. Según él, las escuelas enseñan a los hijos a ser exigentes con los padres, los vuelven "hijos tiranos".

Hijos tiranos

Cuando le pregunté por qué pensaba de esa forma, el hombre me contestó que antiguamente (hace quizá unos 40 ó 50 años) las escuelas públicas no pedían tanto material a los estudiantes, y si pedían alguna cosa y los padres no estaban en la posibilidad de adquirirlo no había mayor problema, el material se podía compartir o esperar el tiempo necesario para adquirirlo.

En cambio ahora, las escuelas piden a los hijos exigir a sus padres que compren los materiales porque "es su responsabilidad". No importa si los padres están o no en las mejores condiciones económicas, ellos deben cumplir y el pedido se les hace a través de los hijos.

De manera que la conducta aprendida en la escuela se traspasa a la casa, en donde los hijos también exigen porque es responsabilidad de sus padres dar.

No estoy segura de que las escuelas sean las culpables de que los hijos se conviertan en "hijos tiranos", exigentes y demandantes; pero es un buen punto a discutir. En mi opinión son los padres quienes han perdido el rumbo en cuanto a la educación de sus hijos.

Una buena parte de los padres sufrieron carencias durante su niñez, tanto económicas como emocionales. Vivieron una época en donde los papás tenían siempre la razón sin importar que tan equivocados parecieran estar, también se les exigía a los hijos sin que ellos tuvieran voz ni voto. Lógico es que al crecer y formar sus propias familias, las personas que vivieron durante esta época no quieren que sus hijos vivan una experiencia similar. Además, los padres siempre quieren lo mejor para sus hijos.

Curiosamente, antes eran los padres quienes sabían precisamente qué era mejor para sus hijos, ahora se sienten tan perdidos buscando "lo mejor" que delegan toda su autoridad en cualquier parte menos en ellos mismos. Si la escuela les exige, la escuela tiene razón; si el hijo les exige también por algo será.

Por supuesto no estoy abogando por una tiranía familiar, pero hay que reconocer que en la educación y formación de un ser humano se requieren límites. Los límites dan seguridad y orden en un mundo caótico y confuso, dan confianza y te enseñan a adaptarte a las circunstancias por duras que estas sean. Cuando hay límites existe menos frustración porque sabes hasta dónde puedes llegar, que cosas están permitidas y cuáles no.

Un niño sin límites al que todo se le da, crece inseguro y desafiante a la vez. Inseguro porque nunca sabe qué cosa sucederá, si habrá consecuencias o no. Desafiante, porque tendrá que averiguar por sí mismo hasta donde puede llegar y eso sólo se logra retando a todo el que se interponga sin importar la circunstancia, lo cual es injusto y peligroso para su persona y para la sociedad.

Quizá la escuela contribuya un tanto en este sentido, después de todo antes la figura del maestro era muy respetada porque era autoridad ante sus pupilos. Ahora se excusan diciendo que "no pueden tocar" a los niños porque sus padres los demandan, como si los castigos, regaños y golpes fueran la única forma de poner límites.

¿Qué hacer entonces ante "hijos tiranos"? Tan simple como darles el lugar que les corresponde: ellos son los hijos quienes deben ser protegidos pero a su vez deben aprender cómo funciona el mundo, y ambas cosas sólo se logran siguiendo las reglas de los adultos hasta que ellos crezcan y puedan crear sus propias reglas.

¿Qué hay si la escuela exige? Si la escuela exige los padres son quienes deben negociar con el maestro o la maestra, involucrarse en vez de dejar que los hijos exijan (una obligación que no les corresponde). Los niños no deben ser jamás intermediarios de los asuntos adultos, ellos deben tener sus propias responsabilidades y aunque por supuesto se les debe respetar como personas que son, no deberían tener el poder de exigir cosas materiales a los padres.

¿Y si hay malos padres? Para eso están las instituciones que protegen al infante, y siempre se puede recurrir a ellas.

Regreso de vacaciones

Pues ya es 10 de enero y los estudiantes de nivel ya están en regreso de vacaciones para continuar con sus clases.

regreso de vacaciones

Después de tres semanas de merecidas vacaciones, el regreso a clases puede ser algo agotador, desde aguantar el tráfico de la Ciudad hasta el ajetreo de las mañanas para no llegar tarde al colegio.

Aún así, puedo asegurar que muchos niños estarán contentos de regresar a las aulas y ver de nuevo a sus amigos y compañeros. No a todos les gustan las clases es verdad, pero indudablemente algún amiguito o amiguita o los está esperando de regreso para platicar qué regalos recibieron para Reyes y Navidad.

Así que no nos queda más desear un Feliz regreso de vacaciones (o regreso a clases que para el caso da lo mismo) y a echarle muchas ganas que ya vamos a mitad del ciclo escolar :D