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Si miran al final de esta nota, encontrarán el siguiente titular:
Suspenderán clases en Hidalgo por inauguración del Mundial
El gobernador del estado anunció que las primarias y secundarias se les día a fin de que puedan disfrutar en familia el partido de México ante Sudáfrica y apoyar a la selección mexicana.
No es el único caso, en Querétaro una directora pondrá a disposición de las aulas televisores, para que los alumnos puedan ver los partidos del Mundial (No sólo aquéllos donde juegue México).
Por supuesto entiendo que en estos tiempos la gente necesita olvidarse de los problemas. Olvidar la violencia, el narcotráfico, los asesinatos. Es necesario recrearse e incentivar el deporte... ¿pero a costa de la educación?
La suspensión de clases en el calendario escolar de la SEP se da únicamente para días festivos y vacaciones. Entiéndase por días festivos, fechas de importancia nacional que conmemoran actos o personas que coadyuvaron a la fundación y desarrollo de nuestra Patria. Entre las cuales podemos contar: 21 de marzo (natalicio de Benito Juárez),el 5 de mayo (Batalla de Puebla) y por supuesto el 16 de septiembre.
Ni siquiera fechas civiles que son ampliamente celebradas son causa de suspensión de labores. En el caso del 10 de mayo por ejemplo, se tiene por costumbre hacer festival escolar, lo cual necesita de la presencia de los alumnos y profesores en el plantel. Además de que algunas actividades de ese día, son consideradas como apoyo en la formación del alumnado.
Ahora bien, si de apoyar a México en los deportes se trata, hay muchas actividades a nivel mundial en donde se presentan deportistas mexicanos con alto desempeño, y jamás se le ha ocurrido a gobernador alguno suspender clases para apoyarlos.
El asunto es que el fútbol deja millonarias ganancias a los altos grupos empresariales de México. Gastan millones en publicidad para lograr este cometido. Los jugadores también tienen lo suyo, reciben como salario cifras muy altas para tener desempeño muy por debajo de las expectativas que crea todo el ambiente publicitario.
El fútbol también es un pretexto para sentarse en grupo, gritar, comer y beber en exceso. En comparación, la escuela parece más un mal necesario que un privilegio.
No estoy en contra de la diversión, de apoyar a un equipo, reunirse con la familia o emocionarse con un partido ganado; pero creo que estamos dando un pésimo ejemplo a la juventud, cuando sacrificamos su educación a costa de convertir a los miembros de la Selección Mexicana en héroes nacionales.
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