Maltrato en las escuelas

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Apenas hace unas décadas el maltrato en las escuelas se consideraba normal, era perfectamente permisible que los maestros "disciplinaran" a sus alumnos con toda clase de castigos: golpes en las manos con reglas, jalones de orejas, golpes con gises o borradores.



Casos de maltrato en las escuelas conocemos muchos, pues hace apenas 20 años estos castigos eran bastante comunes y en muchas escuelas lo siguen siendo.

Por ejemplo, cuando estudié la primaria había una maestra que todo el tiempo le gritaba a los niños. Cuando un niño no entendía lo que se decía en clase, le gritaba enfrente de todos y azotaba la regla en el pizarrón.

En secundaria las cosas no eran muy diferentes, el maestro de música golpeaba con su varita las manos y piernas de los chicos cuando tocaban la flauta con la mano equivocada.

También recuerdo el caso de un niño que fue amarrado a la banca por su maestra, porque ella no podía hacer que se quedara quieto. La mamá, lejos de reclamar tal acto, simpatizó con la maestra y reafirmó que su hijo era terrible.

En los últimos años el maltrato en las escuelas ha disminuido y se insiste a los profesores para que cambien su conducta y eduquen a sus alumnos sin violencia; sin embargo esta labor no ha sido suficiente, en muchos países el maltrato en las escuelas sigue ocurriendo y es aceptado como normal.

En México hay algunas escuelas en las que ya no se pega porque los padres reclaman; pero aún así todavía hay profesores que aplican toda clase de castigos o hacen comentarios despectivos hacia sus alumnos.

Está por ejemplo el caso de un niño que no dejaba de temblar en clase porque tenía frío, el maestro lo sacó a la intemperie como castigo por no quedarse quieto.

Sobre el maltrato en las escuelas Nadine Block, directora ejecutiva del Centro de Disciplina Efectiva de Estados Unidos, dijo:

"Los niños no entienden por qué se les pega. No tienen la oportunidad de defenderse. Lo más frecuente es que se enfaden y algunos mantendrán esa rabia por muchos años contra los adultos".

Palabras muy ciertas, pues es conocido el hecho de que los alumnos con problemas de conducta no mejoran su actitud con los castigos, golpes y gritos impuestos, sino todo lo contrario.

Los profesores deben prepararse no sólo académicamente, sino humanamente también, para comprender que humillar a sus alumnos no hará que aprendan mejor ni más rápido. Y los padres de familia deben ser intolerantes frente al maltrato en las escuelas, y deben recordar que los castigos no educan.